Las 5 causas de la pobreza mental en el mundo y cómo salir de ella

¿Por qué hay personas que son pobres toda la vida? En este artículo te contaré las 5 causas de la pobreza mental en el mundo y el motivo por el que pocos logran salir de ella.

Los pobres siempre son pobres

Hace unos años fui a trabajar a la vendimia, en Francia. Como todo trabajo relacionado con la agricultura, la vendimia es dura, muy dura. Con sol, presión, esfuerzo y piedras en las botas en cada hora de trabajo. Es agotador.

Los compañeros con los que conviví durante la vendimia eran, por lo general, personas con problemas económicos que necesitaban ganar dinero urgentemente.

Nadie va a la vendimia si tuviera una mejor opción. Y mucho menos en otro país, lejos de las personas que quieres.

Conforme pasaban los días fui conociendo a los compañeros. Contaban batallitas, curiosidades e historias; y entre historia e historia dejaban ver cómo era su forma de pensar y su visión del mundo.

En poco tiempo me di cuenta que había algo en todos ellos que se repetía. En sus experiencias e historias compartían 5 cosas que les hacía ser pobres una y otra vez a lo largo de la vida.

Uno de ellos había ganado mucho dinero en la construcción antes de la crisis y a otro le tocó la lotería. Eso no había evitado que estuvieran otra vez en un estado de necesidad y escasez.

¿Qué son estas 5 cosas que provocan que vuelvan a ser pobres una y otra vez?

Causas de la pobreza en el mundo

Ahora puede que te estés preguntando:

«Pero la pobreza es algo a nivel mundial causado por la mala gestión de los gobiernos, ¿no?»

Sí, pero eso es algo difícil de cambiar. Aquí quiero hablar de lo que cada persona es capaz de modificar en ellos mismos para mejorar su situación de necesidad.

cambio en las personas tolstoi

Para esto, me voy a centrar en la mentalidad de aquellos que sufren pobreza, necesidad y escasez durante la mayoría de sus vidas.

Estas son las 5 causas de la pobreza permanente de las personas:

  1. Culpar a los demás
  2. Esperar un milagro
  3. Sobrevalorar los estudios y el trabajo
  4. Sentir orgullo por pasarlo mal
  5. Mantener la mente ocupada para no tener que pensar

Culpar a los demás

«La cosa está muy mal y los políticos no hacen nada, sólo se llenan los bolsillos.»

«Si los empresarios hicieran algo en lugar de bajar los sueldos todo iría mejor.»

«No hay trabajo, la crisis económica me hizo perder mi empleo.»

¿Te suenan de algo estas frases?

Las personas con mentalidad de pobre no intentan cambiar su situación. Con estas frases culpan a otros desviando hacia ellos el peso de cambiar las cosas.

Llega un momento en el que se resignan y dicen: «Es lo que hay, las cosas son así», mientras trabajan 60 horas semanales rompiéndose la espalda.

Aceptan su suerte y si alguien les dice que las cosas pueden ser diferentes, le responden que aterrice en la tierra, que tiene la cabeza en las nubes.

En toda situación hay oportunidades que aprovechar, pero para verlas no se puede estar centrado sólo en lo malo.

Por ejemplo, un amigo ha conseguido un gran sueldo trabajando por su cuenta a través de internet. Hablando con él me dijo:

«Todos me dicen que he tenido suerte y que ojalá ellos ganaran lo mismo que yo. Pero nadie me pregunta cómo lo he hecho, qué pasos he seguido o si podría ayudarles para empezar a ganar dinero por internet.»

La gente con mentalidad pobre prefiere no tomar responsabilidades, culpar a los demás y justificar las cosas buenas con la suerte.

Aprender, evolucionar y arriesgar es difícil, pero es lo único que puede evitarte una vida de frustración y resignación.

Esperar un milagro

«Uy si me tocara a mí la lotería.»

«Le he puesto perejil a San Pancracio para que me traiga dinero.»

«¡Qué ganas de jubilarme y no hacer ná!»

Todas estas frases causan pobreza. ¿Por qué? Porque esperan un milagro para que la situación mejore.

Esto refuerza aún más la actitud pasiva del punto anterior, cargando de nuevo la responsabilidad del cambio en otros.

Primer milagro que los pobres esperan: «Ojalá me toque la lotería.»

La lotería tiene una posibilidad ínfima de que toque (1 de entre varios millones). Pero es la única esperanza para algunos de conseguir dinero.

Segundo milagro: «Si Dios quiere…»

Cada uno que crea lo que quiera, pero si rezas mucho y tu situación no mejora, sería mejor que buscaras otras tácticas.

Tercer milagro: «A ver si me jubilo pronto.»

La jubilación, al paso que vamos, se está convirtiendo en un milagro difícil de lograr.

No conozco a ningún trabajador de clase obrera que no desee jubilarse. Mis compañeros de vendimia hablaban de la jubilación casi todos los días. Deseaban dejar de trabajar de una vez.

Pero con estos 4 datos, el mejor hacer otros planes:

  1. En España la edad de jubilación es de 67 años. Para una jubilación completa debes cotizar 38 años. O sea, que para tener una vejez sin dificultades de dinero, debes trabajar y pagar impuestos casi toda la vida.
  2. La inflación aumenta más rápido que las pensiones. Esto hace que cada día que pasa, las pensiones sean más precarias.
  3. Debes confiar en que el dinero que «has ahorrado» para tu pensión con tus impuestos no se gaste en otras cosas: (30/07/17) «El Gobierno ya ha liquidado más del 80% de la ‘hucha’ de las pensiones».
  4. Y debes tener fe en que la inversión de la pirámide de la edad de la población no cause problemas.

Con estos datos, esperar a la jubilación es más bien una táctica de riesgo.

¿Y nadie piensa en qué condiciones de salud se tienen a los 67 años? ¿Van a esperar a esa edad para disfrutar la vida? ¿Y si mueren a los 66, con 40 años cotizados a tus espaldas? ¿Para qué ha servido tanto sacrificio?

El caso que más me impactó fue el de un compañero de 35 años que dejó su trabajo expresamente para ir a trabajar a Francia. Su motivo fue que allí las pensiones son más altas. Con sólo 35 años, se fue a un trabajo que le venía fatal para su artrosis y que no le gustaba, pensando exclusivamente en su jubilación. O sea, sacrificaba su presente y su futuro inmediato para mejorar (si todo va bien) su futuro lejano. Para mí esto es una locura. Es lo que hay, decía él.

Sobrevalorar los estudios y el trabajo

«Tienes que estudiar una carrera para ser alguien.»

«Haz una oposición y así tendrás trabajo para toda la vida.»

«Lo mejor es tener un trabajo que te de seguridad.»

Más frases que causan pobreza mental. Las personas que se mantienen en la pobreza piensan que esas son las mejores opciones para sus vidas. Pero la realidad no es así.

Para la mayoría de personas que trabajan para otro, el empleo únicamente les permite ir justos de dinero.

Sólo tienes que pensar un poco para ver que un trabajo estable y seguro no es, ni mucho menos, la mejor opción:

  • Sólo ganas dinero mientras estás trabajando. Tus ingresos no aumentan cuando duermes o estás con tu pareja.
  • Haces día tras día las mismas tareas. No sueles aprender nada nuevo tras 1 año en el mismo puesto.
  • Sólo tienes una fuente de ingresos. Eso te convierte en dependiente de ella.
  • Parece seguro, pero no lo es. Recuerda que con un «Estás despedido» de tu jefe todos tus ingresos desaparecen.
  • Los empleados son los que más impuestos pagan.

Todo esto se puede mejorar aprendiendo cosas que NO dan en la escuela: ser creativo montando tu negocio, aprender a vender tu propia marca y servicios, invertir y revalorizar tu dinero, diversificar tus fuentes de ingresos, etc.

Pero nada de eso se enseña en el sistema educativo actual. Parece que no interesa a nadie que las personas sepan valerse por su cuenta.

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En la escuela y en el trabajo sólo enseñan las normas y costumbres que convierten a la población en borregos pobres de por vida.

Como en toda pirámide jerárquica, se necesita una base amplia de personas con poco poder y recursos, para mantener a los de arriba.

Así que, si piensas que la mejor opción para tu vida es estudiar en la universidad y conseguir un trabajo estable, tienes mentalidad de pobre.

Sentir orgullo por pasarlo mal

Mis compañeros de vendimia inflaban el pecho como palomos al hablar de lo mal que lo habían pasado.

Relataban con orgullo jornadas de 14 horas, lo poco que habían cobrado trabajando o que el jefe no les dejaba ni ir al aseo.

¿Eso es algo por lo que estar orgulloso?

Así sólo se le da valor a pasarlo mal y a que te traten como esclavo. No hay que estar orgulloso por eso. Hay que verlo sólo como lo que es: una fuente de experiencia para no volver a pasarlo mal.

Había compañeros que, incluso, rivalizaban por cargar más cubos de uva que nadie al camión ¡y el trabajo era por horas, no por cantidad recogida!

Era una disputa encarnizada por ser el que más se arrastra por el sueldo y caerle bien al jefe.

Esta parte de la mentalidad del pobre también se observa en conductas como:

  • Tratar a los jefes como personas superiores.
  • Echar horas extra que no se pagan.
  • Hacer favores al jefe para caerle bien.
  • Dejarse insultar o mangonear.

Aquí hay algo que se ha aprendido al revés. El orgullo debería sentirse cuando se trabaja duro para uno mismo o para mejorar el mundo:

  • Dedicando tiempo a estudiar nuevas formas de negocio o diseñando herramientas que cubran necesidades de las personas.
  • Creando proyectos personales encaminados a hacerte independiente económicamente.
  • Aprendiendo de cada persona y de cada trabajo para aplicarlo a mejorar tu vida y la de los demás.
  • Y sobretodo, permitiéndote tener tiempo para disfrutar la vida cada día.

¡Esos si son motivos para sentirse orgulloso!

Mantener la mente ocupada para no tener que pensar

Mantener la mente ocupada hace que sea imposible pensar.

Y al no pensar, no analizas la situación en la que te encuentras.

Esto es un beneficio a corto plazo para los pobres. La realidad que tienen no les gusta: trabajos abusivos, incomodidad, necesidades no cubiertas, etc. Si se paran a analizar sus vidas, se ahogarían entre tantos problemas.

Enfrentar de cara sus problemas puede llegar a ser tan doloroso que prefieren evitarlos. Aun sabiendo que así nunca se solucionarán.

¿Y cuál es la forma más eficaz de mantener la mente ocupada?

Las drogas y el ocio: los dos grandes titanes de la evasión de la realidad.

A pesar de que la mayoría de mis compañeros tenían pocos recursos, todos practicaban el deporte más extendido en España: ir al bar.

Tanto era así, que el bar francés ampliaba su horario nocturno en 2 horas cuando había españoles trabajando en la zona.

9 de cada 10 fumaban.

Se conocían los tipos de marihuana que existen, cómo cultivarla, cómo separar la base de coca, dónde se compraba con mejor calidad, etc.

Uno de ellos, de 42 años, llegó a decir esto: «Si echara todo lo que me he metido por la nariz, sería millonario. ¡Pero no me arrepiento de nada, eh!» Y esto lo dijo mientras estaba agachado recogiendo uva, sudando la gota gorda bajo el sol abrasador de agosto.

Llenar la vida de ocio también es una táctica efectiva para no pensar. Saturar cada momento con actividades o fanfarronear de estar ocupado a todas horas son claros signos de una persona que evita pensar. Esto también es característico del miedo a perderse algo.

Si se ocultan los problemas bajo drogas, adicciones u ocio, nunca se solucionarán.

La realidad puede ser dura, pero aceptarla es la única forma de poder cambiarla.

Cómo salir de la pobreza: No seas uno más

Esta sociedad tóxica nos enseña a mantener una mentalidad esclavista que provoca que muchos se pasen la vida con el agua al cuello.

Desde pequeños nos enseñan esta forma de pensar. Ya sea a través del sistema educativo o nuestros padres intentando enseñarnos lo mejor para nuestro futuro. Pero este sistema de pensamiento está desactualizado.

Para lo único que sirve es para vivir agobiado entre miles de deudas y facturas, con estrés porque no se llega a fin de mes y con miedo a ser despedido en cualquier momento.

Y lo peor es que la propia mentalidad tiene sistema de defensa para que nadie cambie: te enseña a culpar a los demás de tu situación, a esperar a la suerte y a evitar que pienses.

No hagas tú lo mismo. Ya hay suficientes borregos en el mundo.

Me da rabia que las cosas sean así, pero lo que me desquicia son las historias de abuelos que mantienen a sus nietos e hijos con su escasa jubilación, familias embargadas porque el banco les prometió un futuro espléndido si se hipotecaban a 40 años, madres que trabajan 14 horas diarias sin poder ver a sus hijos por un sueldo que no llega a 3 € la hora o personas que, como mis compañeros de vendimia, trabajan más duro que nadie, alejados de sus seres queridos, para poder llevar dinero a casa.

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Este artículo es una crítica a la sociedad actual y a una forma de pensar muy extendida que provoca mucho malestar. No pretende ser una guía de pasos para no ser pobre o para hacerse rico.

Si piensas en más causas de la pobreza que no he mencionado, escríbeme y las debatimos.

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