La búsqueda de la felicidad nos lleva de cabeza. Todos queremos ser felices, pero ¿qué es la felicidad? Estamos buscando algo cuyo significado quizás no conocemos. ¿Y si lo hemos malentendido todo? Aquí vamos a ver más sobre qué es ser feliz y cómo se consigue.
Qué es la felicidad: significado
Vamos a ver el significado de felicidad en el diccionario:
«Estado de grata satisfacción espiritual y física.»
Me parece que, sea conscientemente o no, los de la real academia de la lengua acertaron con su definición de la felicidad a nivel psicológico.
Voy a analizar cada parte de esta definición, porque tiene mucha chicha.
La felicidad es algo momentáneo
Si te fijas en la primera parte de la definición, dice que la felicidad es «un estado».
¿Esto qué quiere decir?
Que la felicidad es algo pasajero. Aquí está uno de los grandes errores de la búsqueda de la felicidad: querer SER feliz.
No se puede ser feliz. Ser feliz sería como decir «ser enfadado». ¿O te imaginas «ser avergonzado»? ¡No es posible! Son estados que llevamos puestos un tiempo y luego se van.
Lo que sí se puede es estar feliz. Sentirte satisfecho y contento durante unos momentos.
Así que cuando alguien dice que para ser feliz hay que buscar la autorrealización (la cúspide de la pirámide de Maslow), o la transcendencia (realizar algo que deje huella), o tener un propósito (una meta permanente a la que atribuirle significado), están muy equivocados.
Ninguna de esas es la solución. Su error es que buscan una felicidad permanente, una felicidad que no existe.
Eso sí, estar autorealizado, sentir que tus acciones son trascendentes y actuar con un propósito te ayudarán a estar feliz en más ocasiones, pero antes hay pasos más básicos que tomar.
Felicidad es no tener problemas
Ahora vamos a ver la tercera acepción que nos da el diccionario sobre la felicidad:
«Ausencia de inconvenientes o tropiezos.»
¿Qué quiere decir esto? Que aparece cuando no hay problemas, preocupaciones o miedos.
Lo mismo ocurre con la oscuridad, que es la ausencia de luz; o con el frío, que es la ausencia de calor.
La felicidad no es una meta que alcanzar, ni algo que puedas perseguir.
Al querer alcanzar la felicidad nos empeñamos en buscar cosas positivas para añadirlas a nuestras vidas, pero olvidamos solucionar los problemas.
Esto sucede porque es más sencillo poner un parche a un problema que encontrarle solución. Aquí van unos ejemplos:
- La pareja que va mal y que para arreglarlo tienen un hijo.
- La anciana que se siente sola y se busca un gato. Y luego otro, y otro.
- El hombre que entra en la crisis de los 40 y se compra una moto.
En todos estos casos hay un problema que se tapa. Y los problemas nunca van a mejorar solos, al contrario.
Es como barrer y meter la basura debajo de la alfombra. ¿Eso quiere decir que no hay problema? No, sólo que no lo vemos.
Esta es la causa de una de las mayores pandemias de la actualidad: la depresión.
Si te sientes triste y vas al médico, te recetará unos antidepresivos.
O sea, cuando tienes un problema que te pone triste y buscas ayuda te responden con: «Tómese esta pastilla todos los días y problema resuelto.» Es como si vas a buscar a un amigo porque te aburres y te dice que te fumes un porro al día para divertirte.
Tomar una pastilla no soluciona ningún problema emocional.
Si no rebuscas en las profundidades de tu ser, nunca verás qué problemas tienes, sólo les pondrás un parche tras otro.
La felicidad es algo espiritual y físico
Por último, vamos a ver la segunda parte de la definición. Dice que la felicidad es satisfacción espiritual y física.
Enfatizo lo de «espiritual y física». Yo no veo que diga satisfacción mental por ninguna parte. Pero sólo sabemos buscar la felicidad con la mente.
Nuestra mente (concretando, nuestro sistema 2) busca la felicidad en el futuro: crea la expectativa de que serás feliz cuando consigas tus metas.
Pero cada vez que llegamos a nuestra meta comprobamos que seguimos sin ser felices. Y para solucionarlo, nos ponemos otra meta más lejana y más complicada.
En lugar de cambiar de estrategia, seguimos haciendo lo mismo una y otra vez.
En todo momento, nuestra mente detecta algo que le falta para ser feliz:
- La pareja perfecta de enamorados de la película que acabas de ver te recuerda que tú estás soltero. Entonces te haces la idea de que al tener pareja serás feliz.
- La noticia sobre aquél que invirtió 50€ en bitcoins y ahora es millonario te recuerda que tú tienes problemas de dinero. Entonces crees que al conseguir mucho dinero serás feliz.
- El crucero que acaba de hacer Julián, tu vecino, te recuerda que tú llevas dos años trabajando sin vacaciones. Entonces crees que al hacer un gran viaje serás feliz.
Esta parte, si se agrava, se convierte en el miedo a perderse algo. Analizamos cada vida que se nos cruza por delante y la comparamos con la nuestra para saber por qué no somos felices y qué nos falta para lograr serlo.
En definitiva, tu mente nunca se quedará satisfecha.
No hay que buscar la felicidad con nuestra parte racional. Debemos aprender a fomentar nuestra parte emocional, a estar en el presente y desconectar los pensamientos. A esto nos ayudará practicar meditación y relajación.
Resumiendo
- La felicidad es un estado pasajero. No podemos estar felices siempre.
- Buscar la felicidad no es una buena meta. Es mejor centrarse en solucionar lo que está mal.
- No utilices la razón para estar feliz. Aprende a sentir y desconectar los pensamientos.
Entonces ¿a vivir a lo loco?
Ahora es lógico que te surja la siguiente pregunta: «Entonces ¿Olvido mis planes y proyectos a largo plazo para vivir la vida? ¿Dejo de ahorrar y me lo gasto todo en una cena de lujo? ¿Me dejo la carrera y disfruto de la vida universitaria de fiestas y alcohol a diario?».
No, ni mucho menos.
Somos seres emocionales y racionales. La emoción se siente en el momento presente, la razón está proyectada en el pasado y el futuro.
No podemos complacer sólo a una de ellas, o sentiremos que nos falta algo.
Si complaces sólo a tu parte racional, vivirás esperando ser feliz, ansiando conseguir más cosas y cumplir más objetivos. Pero olvidarás sentir el presente y disfrutar de él.
Un ejemplo de alguien que se ha centrado en su parte racional es el empresario que montó su empresa muy joven, a la que le ha dedicado más de media vida: jornadas interminables, reuniones en días festivos, llamadas a casa en mitad de la noche, etc. Y cuando llega a la jubilación se da cuenta de que ahora la edad le impide disfrutar de todo lo que ha conseguido, que no ha jugado con sus hijos cuando eran pequeños y que no ha disfrutado de la vida.
Si complaces sólo a tu parte emocional, vivirás centrado en el presente, olvidando hacer planes para mejorar tu futuro o solucionar tus problemas con el pasado. Esto provocará que vivas sin rumbo, perdiendo el control de tu vida.
Un ejemplo de alguien centrado en su parte emocional es el adolescente que se salta las clases para ir a fumar con los amigos, que se pasa su juventud entre alcohol y fiesta, sin motivación para hacer algo por su futuro. Cuando llega a ser adulto, se da cuenta de que su única opción para ganar dinero es ir a trabajar en el campo recogiendo limones a 3 € la hora, lo que le mantiene de por vida en un trabajo que odia y que no le da las comodidades básicas para sentirse bien.
Hay que buscar el equilibrio.
El equilibrio de la felicidad: cómo estar feliz durante mucho tiempo
Para ESTAR felices durante el mayor tiempo posible tienes que tener en cuenta a tus dos partes:
Complace a tu parte racional
Ten un plan que mantenga ocupada a tu mente. Lanza ese proyecto personal al que le has dado mil vueltas, empieza el curso de copywriting que llevas tiempo queriendo hacer o planifica el viaje de mochilero con el que sueñas a diario. Pero no lo hagas pensando que con eso serás feliz, hazlo sólo porque te apetece.
Cumple siempre con tus valores. Actúa bajo tus propias reglas y no las rompas por nada del mundo. Los remordimientos, la culpa y el arrepentimiento pueden destrozar cualquier vida.
Soluciona tus problemas. Dedícate tiempo a ti mismo. Aunque duela, tienes que afrontar los problemas y no evitarlos. Conócete y descubrirás que eres un desconocido al que llevas sin comprender toda tu vida.
Valora lo que tienes. Aprende a vivir necesitando menos cosas. ¿Seguro que necesitas un pantalón vaquero para cada día de la semana? ¿O el móvil de última generación que acaba de salir? Quédate con lo esencial y recuerda que tienes la suerte de ser un privilegiado con más comodidades que la mayoría.
Y, sobre todo, no olvides tu parte emocional
Disfruta el camino. Que tus proyectos a largo plazo te complazcan en tu día a día. Si para cumplir tu sueño tienes que pasar por varios años de sacrificio, analiza bien tus expectativas. Si no las analizas, puede que cuando consigas tu sueño sientas que no hayan merecido la pena los años sacrificados.
Despierta tus emociones. Baila, canta, salta y ríe a carcajadas. No te cortes por «el qué dirán». Los niños suelen estar más tiempo felices. Tienes que olvidar la pasividad aprendida durante los largos años de adoctrinamiento del sistema educativo y sacar más a menudo al niño reprimido que llevas dentro.
Disfruta las sensaciones de tu cuerpo. Céntrate en lo que sientes. No dejes que tus pensamientos enturbien las sensaciones placenteras. Come sin ver la tele y aprecia cada sabor en tu paladar, siente como cada bello de tu cuerpo se eriza cuando te acaricia la brisa fresca de una noche de verano, disfruta del sexo con los 5 sentidos y no sólo con lo que tienes entre las piernas.
Para terminar, este cuento hindú refleja a la perfección todo el artículo:
Un gato anciano observaba como un inquieto gatito trataba de cazar su propia cola.
– ¿Por qué intentas atraparte la cola? – Preguntó el gato anciano.
– Yo busco la felicidad y para un gato la felicidad es su cola. Por eso la persigo. Algún día lograré atraparla y seré feliz. – Respondió el gatito.
– Hijo mío, aunque me ves aquí tan tranquilo, yo también he pensado que mi cola era la felicidad, pero cuando la persigo se escapa. Por eso, yo voy haciendo mi camino y ella es la que me sigue a mí.
Deja de buscar qué es la felicidad. Permítete sentir el presente.
Psicólogo. Utilizando la psicología tanto para vivir mejor, como para vender más. Busco otro punto de vista para el mundo.